Militarización
Muy temprano, en las inmediaciones de la Cámara de Diputados, se instalaron vallas que limitaban el acceso de vehículos. La Infantería de la Policía de Santa Cruz, estaba desplegada en las esquinas y listas para intervenir si era necesario. También había un grupo de francotiradores en el techo de la legislatura. La estricta vigilancia fue mediante un drone que rondaba sobre la concentración de varios sindicatos, junto a organizaciones sociales que protestaban en la esquina de Teófilo Loqui y Alcorta.
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Denuncia
Ante tal intimidación, bajo la orden del gobierno provincial, produjo una denuncia en la Fiscalía de Instrucción N° 2. Fue realizada por el diputado Eloy Echazú de Unión por la Patria, asegurando que hasta dentro del recinto había policías armados. “Colocar seis tiradores en el techo, es inaudito”, afirmó ante los medios de prensa.
El pasado miércoles 11 de diciembre, había asumido como diputado provincial, el oficialista Pedro Luxen. Así, Por Santa Cruz, del gobernador Claudio Vidal, aseguró la cantidad necesaria para aprobar por mayoría. Además se ausentaron llamativamente, la diputada de “Libres del Sur”, Claudia Barrientos y la diputada de “Unión por la Patria”, Rocío García. Los resultados finales fueron trece votos a favor y nueve votos en contra.
Hay que recordar que, hubo dos intentos de aprobar el RIGI, el 12 de septiembre y el 28 de noviembre pasado. En ambas sesiones, no se pudo lograr, por la las enormes manifestaciones que se desarrollaron afuera de la Cámara de Diputados. Esta vez, el gobernador Vidal no estaba dispuesto a fracasar y lo dijo en el discurso que realizó, mientras asumía Luxen. Remarcó la supuesta importancia y beneficios que vendrán con las empresas mineras, petroleras o pesqueras que estén dispuestas a invertir en Santa Cruz. Incluso acusó de estar en contra del futuro de la provincia, a quienes se oponen al régimen.
Las excusas para aprobar el RIGI
Vidal para argumentar, dijo que el gobierno provincial tiene escasos recursos económicos y es necesario conseguir nuevos ingresos que podrían venir de las empresas que decidan instalarse en la región e invertir más de 200 millones de dólares. Incluso acusó a los gremios que no dijeron nada sobre las concesiones petroleras que había dado la ex gobernadora Alicia Kirchner.
Claudio Vidal
La clave del rechazo
Para el Frente Gremial, junto a otras organizaciones ambientalistas, sociales, autoridades ancestrales de las comunidades originarias y el Frente de Izquierda, implica un peligro de contaminación del medioambiente, la quiebra de la pequeña y mediana industria, una falsa solución para la desocupación y la entrega total de los bienes comunes alas poderosas empresas extractivistas. Lo dijeron en una conferencia de prensa que se realizó un día antes de aprobarse la adhesión de la provincia.
Una de las grandes preocupaciones que produce la inminente retirada de YPF de Santa Cruz, es por el cierre de decenas de campamentos y el pasivo ambiental que quedaría en el Golfo de San Jorge. Esto tendría graves consecuencias en materia de despidos de más de 2.500 trabajadores petroleros y el peligro de la contaminación del suelo, por la filtración de substancias químicas utilizadas en la extracción del petróleo o la minería. Tal situación, puede ser un caso testigo de lo que ocurriría con otras empresas que decidan irse, si el RIGI no las beneficia en una importante rentabilidad.
El ánimo del oficialismo fue alto, luego del resultado legislativo. Lo celebró el gobernador con declaraciones a medios de prensa y aseguró que es el camino correcto. Pero todo está por verse en enero, cuando YPF abandone Santa Cruz. Su imagen cayó en popularidad, según varias encuestas y el año que viene, se pronostican nuevos conflictos gremiales por problemas salariales y condiciones laborales. Además se comprobó que está dispuesto a recurrir a la represión, con tal de evitar la protesta gremial y rendir pleistesía a Javier Milei. Tampoco pudo evitar que la clave, sea la movilización que logró dos fracasos consecutivos y no tiene resuelto el control consumado de los trabajadores que salen a luchar y que son capaces de enfrentar y rechazar el sometimiento de la provincia, si se organizan y coordinan medidas de fuerza para derrotar el RIGI.