La mujer llevó al bebé a la clínica San Roque y fue detenida.
El municipio de Vera, al norte de la provincia de Santa Fe, se encuentra conmocionado por un aberrante caso. Por causas que aún se encuentran bajo investigación un bebé de siete meses de gestación murió apuñalado al poco tiempo de haber nacido. Por estas horas, la principal sospechosa del crimen es la propia madre biológica de la víctima, quien se encuentra detenida por orden del fiscal Alejandro Rodríguez.
La mujer de 24 años y estudiante de enfermería, arribó anoche a la Clínica San Roque de la localidad, llevando una caja que contenía a la criatura de pocas horas de vida.
Los médicos que lo recibieron en la guardia comprobaron que el bebé estaba fallecido y que presentaba heridas cortantes en varios lugares de su cuerpo. Tras los exámenes de rigor, notificaron a las autoridades policiales y estás al fiscal de turno, Alejandro Rodríguez, quien ordenó que se resguarde el cuerpo en la morgue para practicar la autopsia que permita determinar la causa de muerte y otras pruebas del deceso.
Una vez allí, los agentes tomaron varios testimonios y secuestraron dos toallas, una con la que estaba envuelto el cuerpo sin vida del bebé y otra que la mujer había utilizado para cubrir sus piernas mientras se dirigía al sanatorio.
Ante la solicitud del fiscal Rodríguez, titular de la Unidad Fiscal de la zona, la jueza Natalia Paludaprobó el allanamiento del domicilio de la casa de la acusada. Durante la madrugada del domingo, personal del Departamento Criminalístico Reconquista y la División Científico Forense de Vera, ambos pertenecientes a la Policía santafesina, se presentaron en la casa. Allí, secuestraron la placenta donde se gestó el bebé fallecido, junto a un trozo de cordón umbilical empapado en sangre. También incautaron un teléfono celular marca Motorola, tres cuchillos tipo Tramontina y prendas de vestir húmedas. También, tomaron muestras de sangre encontrada en distintos sectores.
La joven fue acusada de los delitos de homicidio calificado por el vínculo y por alevosía.
Sixto González, el abogado defensor de la mujer confirmó en las últimas horas que la acusada atravesó “un parto casero”: “Se indujo el nacimiento porque estaba estudiando enfermería y cuando el chico nació, porque llevaba seis meses de gestación, o siete, cuando el chico nació, lo mató a puñaladas”, continuó.
En declaraciones publicadas por El Litoral, González consideró que su defendida podría estar atravesando “una psicosis puerperal” en términos psiquiátricos, pero también sostuvo que “pudo haber habido un factor externo de un padre que no quiso tener el bebé y la amenazó”.
“La chica quería tener la criatura, la ocultaba, pero quería tenerla, de hecho llegó a siete meses, habiendo todos los medios para interrumpir un embarazo, hasta inclusive legal. Un factor externo hubo, pero también no descartemos que el padre haya sido alguien poderoso, que la ha amenazado o algo así, lo cual no le exime de nada a ella, pero se puede atenuar en algo su situación procesal”, explicó el letrado.
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