La antigua ciudad de Oxirrinco, que alguna vez fue la capital del Alto Egipto antes del surgimiento del Imperio Nuevo, captó la atención del mundo de la arqueología tras un importante descubrimiento. En esta localidad, ubicada a 190 kilómetros al sur de El Cairo, un equipo de investigadores y científicos españoles encontró 52 momias con lenguas y uñas de oro, marcando un hito sin precedentes en la historia de las exploraciones funerarias en Egipto.
Este hallazgo fue descrito como “único en su tipo” en un comunicado emitido por el equipo responsable. El sitio arqueológico se convirtió en el centro de las miradas internacionales luego de que la noticia se difundiera ampliamente entre los medios españoles este lunes.
Egipto, considerada cuna de la cultura occidental, fascinó al mundo durante milenios por su rica historia y legado cultural. Aunque gran parte de su esplendor antiguo se refleja en las icónicas ruinas y tesoros arquitectónicos, el subsuelo egipcio aún resguarda innumerables secretos. La reciente revelación en Oxirrinco es un recordatorio del incalculable valor histórico que yace oculto en esta región.
La expedición, dirigida por el Instituto de Oriente Próximo Antiguo de la Universidad de Barcelona (IPOA-UB), bajo la supervisión del doctor Ignasi-Xavier Adiego, estuvo enfocada en desentrañar parte del pasado de esta histórica urbe. Además de las momias, se encontraron papiros y otras inscripciones que arrojan luz sobre la vida cotidiana, religiosa y monástica de hace más de dos milenios.
Entre los detalles más intrigantes del descubrimiento se destaca la presencia de lenguas de oro en trece de las momias, mientras que una de ellas tenía uñas cubiertas con el mismo material. Esta práctica, característica del periodo ptolemaico (305-30 a.C.), refleja una compleja cosmovisión sobre la vida después de la muerte.
Según las creencias del Antiguo Egipto, estos elementos eran esenciales para garantizar que el difunto conservara su capacidad de hablar y otros sentidos en el más allá, con la esperanza de renacer con el mismo poder y riqueza que poseyó en vida.
Las momias fueron halladas en tres cámaras funerarias cuidadosamente diseñadas, con techos abovedados y paredes decoradas con inscripciones y escenas policromadas. Estas representaciones ilustraban rituales funerarios y destacaban la presencia de divinidades egipcias como Anubis, Osiris, Atum y Nut, lo que añade un componente visual e iconográfico de gran valor histórico.
En el transcurso de las excavaciones, el equipo también descubrió cuatro sarcófagos de piedra caliza. Este proyecto fue liderado por las doctoras Esther Pons y Maite Mascort, quienes ya habían trabajado en la misma área, logrando desenterrar previamente 300 momias pertenecientes al mismo periodo histórico. Los sarcófagos y el estado de conservación de los objetos encontrados destacan la importancia de Oxirrinco como un centro cultural y religioso durante su apogeo.
Otros hallazgos relevantes incluyen amuletos destinados a la protección espiritual, representaciones de deidades como Horus, Thot e Isis, y una terracota del dios Harpócrates. Entre ellos, un escarabajo en forma de corazón hallado en su posición original resalta como una pieza simbólica, posiblemente utilizada para garantizar el paso seguro del alma al más allá.
La ciudad alcanzó su mayor esplendor durante el periodo ptolemaico, aunque su importancia se remonta al 664-525 a.C. Más tarde, bajo el dominio de Alejandro Magno en el 332 a.C., Oxirrinco se consolidó como la segunda ciudad más poblada de Egipto, superada solo por Alejandría. Este contexto histórico sitúa al reciente descubrimiento como un testimonio directo de la grandeza y las creencias espirituales de una civilización que sigue cautivando a generaciones.
El trabajo arqueológico, iniciado en noviembre, culminó su primera fase a mediados de diciembre con este fascinante conjunto de hallazgos. Los expertos continúan analizando los datos recopilados, con la esperanza de profundizar aún más en la comprensión del simbolismo y las prácticas funerarias de la época.
En definitiva, los descubrimientos realizados en Oxirrinco no solo enriquecen el conocimiento sobre la cultura egipcia, sino que también reafirman la importancia de preservar y explorar los tesoros históricos que aún yacen ocultos bajo la arena del desierto.
*Por Alejandra Ospina Cordero.