martes, 7 enero, 2025
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Las diez dudas más comunes sobre la nueva receta electrónica y hasta cuándo seguirá vigente la de papel

Quienes usaron alguna vez la receta médica electrónica pero oyen seguido de su médico el clásico “pase por el consultorio, que le dejo la receta con mi secretaria”, conocen bien el incordio de la modalidad del papel como única opción. Pero, ¿hasta qué punto cambiará realmente la forma de prescribir medicamentos en la Argentina de 2025?

Por más que se estén elaborando unas 20 millones de recetas electrónicas mensuales y el Ministerio de Salud difunda que el país está listo para decirle adiós a la orden médica manuscrita, muchos profesionales están lejos de modernizar su habitual manera de indicar remedios, tanto por resistencias sectoriales como porque trabajan en provincias que atrasan en la digitalización de los sistemas de salud.

Debajo, un punteo de 10 aspectos clave sobre la receta electrónica, incluyendo para quiénes se volvió realmente obligatoria este mes, qué cambios implica para el paciente y por qué podría haber cortocircuitos en las idas y vueltas de recetas a uno y otro lado de la General Paz.

En qué provincias es obligatoria la receta electrónica

Las provincias que adhirieron a la ley 27.553 de “Recetas electrónicas o digitales” (sancionada en 2020, pero modificada -entre otros- por un decreto de Javier Milei en abril 2024) son Catamarca, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Misiones, Salta, San Juan, Tierra del Fuego y Tucumán.

La normativa indica que los profesionales de la salud en cuestión “deben emitir sus recetas través de una plataforma de prescripción electrónica de medicamentos que esté aprobada por Registro Nacional de Plataformas Digitales Sanitarias (ReNaPDiS)”, filtro verificador del cumplimiento de ciertos protocolos, controlado por el Ministerio de Salud de la Nación.

Algunas jurisdicciones que no se sumaron a la impronta, como la provincia de Buenos Aires, consideran contradictorio que el Gobierno centralice y regule la información de esas plataformas, cuando (dicen) la tendencia oficial es a la descentralización, es decir, a delegar más responsabilidades en las provincias (polémica que, como se verá debajo, podría generar cortocircuitos para los pacientes).

Con el nuevo sistema cambia la manera de prescripción de medicamentos, pero no en todos los casos.

Qué profesionales de la salud deben usar receta electrónica y para qué

Se habla mucho de los médicos, ya que son los que más prescripciones de medicamentos realizan, pero la normativa nacional corre para todo profesional de la salud matriculado y habilitado para indicar fármacos. Además de los médicos (en todas sus orientaciones, lo que incluye, desde ya, a los psiquiatras), se suman, por ejemplo, los odontólogos.

En el futuro podrían sumarse otros profesionales de la salud, ya que se prevé avanzar con nueva reglamentación que impacte en la indicación (electrónica) de estudios de diagnóstico y tratamiento, y también de laboratorio. Si eso ocurre, otros especialistas matriculados, como los licenciados en nutrición, deberán aggiornarse en el uso de la receta electrónica.

Qué cambia para el paciente en el consultorio

Sentado detrás de su escritorio, no con pluma en mano -como antes- sino tipeando en la computadora, tablet o con el celular, el médico tratante confeccionará la indicación del medicamento, en forma digital.

El paciente saldrá del consultorio con las manos vacías. Ahora bien, ¿cómo hace uno para ver la orden y las indicaciones sobre la toma del remedio? Depende del recetario electrónico que use el médico.

Al cierre de esta nota, el ReNaPDiS tenía habilitados al menos de 110 opciones de plataformas. Luego de elegir la que le plazca, el médico se loguea e ingresa. Algunas plataformas son gratuitas; otras son exclusivas para ciertos nichos, como podrían ser los miembros de cierto colegio profesional o para los profesionales empleados de tal obra social; mientras que otras directamente son pagas y en general ofrecen más servicios para los médicos.

Los profesionales de la salud deben hacer la receta en la computadora que luego es recibida por la farmacia. Foto: Shutterstock

Una vez adentro, el profesional completa la receta, lo que implica colocar numerosos datos personales del paciente. No solo su cobertura, nombre apellido y documento sino también los datos de contacto, información central para que el paciente pueda acceder a la orden, sea a través de un aviso por mail como por Whatsapp.

Si la consulta fue por obra social o prepaga y el médico (por obligación del financiador o no) usa el recetario de ese entorno web, al paciente quizás le llegue un mail en el que se le avisa que ingrese a esa plataforma puntual para ver la receta que le dejó su médico.

Qué cambia para el paciente en la farmacia (si todo fluye)

Uno entonces va a la farmacia para comprar el remedio. Los poco más de 100 recetarios comentados arriba deberían estar conectados con una serie de reservorios o repositorios. Son espacios comparables a la “nube” de las recetas electrónicas. Hay unos 15 habilitados en el ReNaPDiS, cuyos desarrolladores son desde empresas de software poco conocidas hasta prestadores de salud o alguna que otra cámara o asociación de farmacias.

¿Qué hace el farmacéutico para “rescatar” (como dicen en el sector) la receta de cierta persona? Debe, claro, entrar al repositorio donde esté el papelito en forma virtual. Esto ocurre de dos maneras distintas: entrando a la página de los distintos repositorios o entrando, en cambio, a un sistema intermediario con el que trabaja la farmacia, que debería, a su vez, estar integrado (interoperar) con el repositorio en cuestión.

Sí, es verdad: no es simple. Casi todas las 13.000 farmacias del país usa algún sistema intermediario, que en el sector llaman “concentradores” o “nodos”. Muchas farmacias se conectan a un mismo nodo, sea porque pertenecen al mismo sector sindical o al mismo colegio profesional.

Las farmacias que ya venían teniendo convenio de descuentos con ciertas prepagas u obras sociales, obviamente tenían su nodo a punto, interoperando sin problemas con los reservorios correspondientes a esos prestadores. En esos casos, la venta por receta electrónica, así como vino fluyendo, fluirá.

Todavía hay médicos que siguen utilizando recetas de papel y eso por ahora podrá continuar. Foto: Shutterstock.

Qué cambia para el paciente en la farmacia (si no fluye)

Pero podría haber obstáculos porque, remarcan desde la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), no existe en el país un escenario de interoperatividad plena, como describió el Gobierno. Quiere decir que, de los nodos y repositorios existentes, algunos se conectan con algunos, pero no todos con todos.

No es menor que la COFA diga que la interoperatividad, en lo que a su nodo respecta, no está dada. Esta confederación representa unas 10.000 farmacias del país, que en facturación alcanzan el 52% del mercado.

Al cierre de esta nota, no terminaba de ser claro por qué no se logra acordar la interoperatividad en este caso, pero sin dudas sería central traccionarla, ya que podría ser problemático para los consumidores que busquen un medicamento en forma urgente y hayan decidido comprar “donde sea”, sin importar que la farmacia no tenga convenio con su prestador (o sea, resignando el descuento).

Es cierto que en general se le puede mostrar al farmacéutico la orden médica desde el celular, pero no es suficiente. El farmacéutico necesitará encontrar la información (la orden médica, los datos del paciente…) en algún reservorio. De otro modo, no podrá validar la operación y vender el remedio.

Para el profesional de la salud y el paciente se abre un nuevo mecanismo para la prescripción y el consumo de medicamentos. Foto: Shutterstock.

Receta electrónica para pacientes y médicos que cruzan la General Paz

Al problema del nodo de la COFA se suma otro asunto igual de importante, que desde el Gobierno aceptaron, tras la consulta de este medio.

“Hay y sigue habiendo reuniones por interoperabilidad de los diferentes sistemas, pero en la provincia de Buenos Aires, desde el principio dijeron que ellos no iban a compartir la información con farmacias por fuera de su jurisdicción”, informaron desde la cartera que conduce Mario Lugones.

¿Qué implicará esto en la práctica? La provincia de Buenos Aires tiene su propia ley y su propia plataforma de receta médica electrónica. Es gratuita y cualquier médico con matrícula bonaerense o nacional puede utilizarla.

Sin embargo, compartieron desde el Ministerio que maneja Nicolás Kreplak, si el paciente que recibe una orden a través de ese recetario va a una farmacia de CABA, por ejemplo, difícilmente consiga comprar el remedio que busca: pocas o ninguna farmacia porteña interopera con la información de los sistemas bonaerenses, que por lo que se pudo chequear, no se registraron en el ReNaPDis.

Jurisdicciones con ley propia de receta electrónica

Además de la Provincia, la ciudad de Buenos Aires, La Rioja y Chubut optaron por sancionar sus propias leyes de receta electrónica. En un futuro quizás no tan lejano, se sumarían Santa Fe y Río Negro, ambas con normativas propias que tienen media sanción de sus respectivos poderes legislativos.

Tanto en CABA como en Buenos Aires y en Chubut (La Rioja no contestó las consultas de Clarín) optaron por el sistema mixto, que da libertad a los profesionales de la salud para el uso de la receta electrónica o la clásica de puño y letra.

En el ámbito porteño esperan avanzar de a poco con el abandono pleno de la receta manuscrita. Por ahora, la receta electrónica funciona en los CESACS y CESAMs, y en algunos hospitales porteños, pero la Ciudad (al igual que Nación) no tiene desarrollado ningún recetario propio para los médicos de la jurisdicción, confirmaron desde la cartera que conduce Fernán Quiros.

Prepagas frente a la receta electrónica

Las obras sociales y prepagas son reguladas por normativa nacional (no jurisdiccional). Uno creería, entonces, que los médicos de esas prestadoras deberían estar obligados al uso de la receta electrónica. Sin embargo, no es así.

Aunque desde el Ministerio de Salud opinaron que “por ser más eficiente y seguro, el médico debería comenzar a realizar recetas electrónicas, y los pacientes, pedirla”, reconocieron que, al menos por ahora, “van a convivir” ambos sistemas.

La receta electrónica, un desafío para los médicos

Tal vez hayan escuchado el reclamo de algunas provincias que hace meses piden continuar con el sistema mixto. O a la Confederación Médica de la República Argentina, entidad que compartió con este medio un comunicado en esa dirección.

Dicen que consideran “imperativo” que el Gobierno aborde varios temas poco atendidos en materia de salud digital. Dos para destacar son la brecha digital y la desigualdad tecnológica dentro del país, y que “se destinen recursos suficientes para programas de formación accesibles y efectivos” destinados a los profesionales de la salud.

Receta médica electrónica: qué pasa en el resto del país

Son siete las provincias que no adhirieron a la ley nacional ni tampoco tienen una normativa de receta electrónica propia. El Gobierno dice que se irá “avanzando de a poco” y reconoce que las provincias en estadío más “verde”, en este sentido, son La Pampa y Formosa.

¿Podrían los médicos de esas siete jurisdicciones confeccionar receta médica electrónica, si quisieran hacerlo? Sí, y de hecho ocurre, pero sin un cuadro normativo puntual que enmarque la actividad, con excepción de que sí o sí deben usar recetarios registrados en el ReNaDPis.

Si usaran una app cualquiera, cometerían un acto ilegal, aclararon desde Salud. Esto sin contar que -si la interoperatividad fluyera como debiera-, la receta confeccionada en un entorno digital poco seguro para el paciente, no podría luego ser “rescatada” por la farmacia ni dispensada al consumidor.

PS

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