Una Chihuahua de 6 años y apenas 4 kilogramos, se ha convertido en un símbolo de superación y fuente de inspiración para corredores, amantes de los animales y seguidores de historias conmovedoras alrededor del mundo.
Su pequeña estatura y peso contrastan con su impresionante resistencia y determinación, características que la han llevado a completar no uno, sino seis maratones al lado de su dueño, Andrew Owens.
Lejos de ser una historia común, la travesía de Jellybean destaca por desafiar las expectativas y romper estereotipos. En un mundo donde las capacidades físicas suelen estar definidas por el tamaño y la fuerza, esta pequeña corredora ha superado los límites que muchos considerarían imposibles para un animal de su tamaño.
La historia de Jellybean comenzó en 2020, cuando Owens la adoptó. Al principio la perrita no mostraba interés en correr junto a su nuevo dueño ni con el otro perro de la familia, Kodie, según publicó el medio The Sacramento Bee en entrevista con Andrew. Con el tiempo y tras varias oportunidades para probar el deporte, Jellybean comenzó a disfrutar de la actividad.
Al inicio, los entrenamientos eran cortos para evitar cualquier posible daño físico. “Comenzamos con medio kilómetro, y después ella empezó a correr por la casa. Entonces pensé: está bien, puedo llevarla a recorrer distancias más largas”, comentó Owens al medio.
La ambiciosa meta que se han planteado es inscribir el nombre de Jellybean en los libros de récords, no solo por completar un maratón, sino también una media maratón.
Con el paso del tiempo, las distancias se incrementaron gradualmente, y Jellybean no solo ganó fuerza física, sino también entusiasmo por el deporte. Finalmente, esta diminuta Chihuahua logró la impresionante capacidad de completar una media maratón y, más adelante, un maratón completo, equivalente a 42,2 kilómetros.
El tiempo más rápido que Jellybean y su dueño han registrado hasta ahora fue en el Garmin Kansas City Marathon, celebrado en octubre, donde cruzaron la meta en 3 horas y 47 minutos.
Owens destacó que Jellybean desafía las expectativas de quienes la ven correr: “Ella no parece la típica corredora de media maratón, y mucho menos alguien que termine un maratón. Pero cuando pasa corriendo junto a otros corredores o cruza la línea de meta, desafía todos los estereotipos y suposiciones”, comentó al medio.
Además, subrayó que la clave del éxito de Jellybean radica en su corazón, determinación y el esfuerzo que ambos ponen en cada entrenamiento.
El compromiso de Andrew con el bienestar de Jellybean es evidente. Ambos entrenan de manera constante los fines de semana, recorriendo entre 32 y 48 kilómetros. Durante las sesiones, el dueño presta especial atención al lenguaje corporal de la perrita para asegurarse de que esté cómoda y en buen estado.
“Corremos a un ritmo de unos 10 minutos por milla. No hablo con Jellybean, pero estoy monitoreando su lenguaje corporal. ¿Tiene la boca abierta? Esas son las señales que busco para saber si quiere reducir la velocidad”, detalló al medio.
Owens también utiliza su cuenta de Instagram para compartir los logros de Jellybean, lo que ha motivado no solo a él mismo, sino también a otros corredores.
Según comentó a The Sacramento Bee, la reacción de los competidores al ver a Jellybean en acción suele pasar de la incredulidad a la admiración.
“Primero es incredulidad, luego asombro, y después dicen: ‘Me inspiras’”, relató Owens. Además, mencionó que muchos corredores inicialmente piensan que él carga a la perrita durante la carrera, pero se sorprenden al descubrir que Jellybean completa cada paso por sí misma.
La historia de Jellybean no solo ha capturado la atención de los medios, sino también de los corredores que comparten las pistas con ella. Según Andrew, la pequeña Chihuahua recibe constantemente palabras de aliento y admiración de sus compañeros de carrera.
“Los corredores en las competencias dicen: ‘No puede ser, él debe haber cargado al perro, ese perro no va a lograrlo’. Y luego, al final, se acercan y preguntan: ‘¿Ese perro hizo todo el recorrido?’ Y yo les digo: ‘Sí, cada paso’. Entonces responden: ‘No puede ser. Si ese perro puede hacerlo, yo también puedo’”, compartió Owens.