viernes, 21 marzo, 2025
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La Fórmula 1 ya está en China para el primer Sprint del año

Con el Gran Premio de China en la mira, comienza la actividad por los puntos del fin de semana en el país asiático y la acción de la Fórmula 1 vuelve a tomar las madrugadas argentinas con la primera carrera Sprint del año y la clasificación para la jornada del domingo. El menú deportivo del viernes invita a programar una rica cena una vez finalizado el partido entre Argentina y Uruguay para, luego, meterse de lleno al mundo del Gran Circo con el primero de los seis fines de semana Sprint que ofrecerá 2025.

La temporada de la máxima categoría del automovilismo mundial ya arrancó. Y tuvo un comienzo con todo, a pura emoción y espectáculo, con el GP de Australia que coronó a Lando Norris. La segunda fecha del calendario es una de las que están señaladas con asterisco: se trata del primer fin de semana Sprint del año, un combo de tres días que suman una “mini-carrera” más repartiendo puntos y agregándole sus cuotas extras de explosión y competencia a las jornadas tradicionales.

La carrera Sprint en China (será a 19 vueltas) tendrá lugar en la medianoche del viernes para sábado, mientras que por la tarde del gigante asiático -a las 4 de nuestro país- se llevará adelante la clasificación para el Gran Premio tradicional (56 vueltas), que será a las cuatro de la madrugada del domingo (transmiten Fox Sports y Disney+). Mientras que las posiciones de largada se definían al cierre de esta edición (hay 11 horas de diferencia horaria con Shanghai), lo cierto es que los puntos que entregará el Sprint desde las cero horas del sábado serán especialmente valiosos esta temporada: al quitar el punto extra por vuelta rápida desde 2025, los puntos que entrega el Sprint son la única posibilidad de acumular puntuación bonus por fuera de la entregada en los Grandes Premios. Y son puntos que, se sabe, pueden valer demasiado en una lucha apretada por el campeonato de la Fórmula 1. El vencedor del Sprint recibirá ocho puntos y, en total, solo los ocho mejores conquistarán unidades extra para el campeonato (el 2º, 7 unidades; el 3º, 6; y así…). Y vale una aclaración: como si se tratase de dos competencias paralelas, nada tienen que ver las posiciones finales del Sprint para el GP del domingo (salvo en casos de penalización o choques severos en el Sprint), que justamente tiene su propia clasificación el mismo sábado. Quizás los más clásicos amantes de la Fórmula 1 extrañen la jornada más aquietada de prácticas libres, pero no podrán negar que su reemplazo por Sprint + Clasificación le agrega emoción y picante al asunto, además de extra presión para los pilotos y los equipos, al reducir sus márgenes de ensayo y error.

Lo concreto es que, cuando se levante el telón de la acción por los puntos en la medianoche del viernes, habrá muchas intrigas por develar. Acaso una sea si McLaren conseguirá mantener la buena performance con la que terminó la última temporada y empezó este 2025 con el triunfo de Norris o si habrá algún traspié de sus monoplazas o de sus pilotos que le dé chances a otros candidatos de sumar el máximo de puntos que entregará China. Otra cuestión importante involucra a Ferrari: ¿será capaz de mejorar su ritmo de carrera? ¿Hamilton ya estará más suelto en su tiempo de adaptación al SF-25? ¿habrá mejores estrategias que en el estreno en Australia?

Se buscarán certezas también por el lado de los novatos, que en su mayoría no tuvieron un buen estreno en Melbourne, a excepción del carrerón que hizo Andrea Kimi Antonelli, finalizando cuarto y convirtiéndose en el segundo piloto más joven en sumar puntos en la historia de la Fórmula 1, con 18 años, seis meses y 19 días. El líder de esa tabla de la juventud dorada es -para quienes gustan de comparar y proyectar- el actual tetracampeón Max Verstappen, quien cosechó sus primeros puntos en 2015, hace diez años, con tan solo 17 años, cinco meses y 29 días.

Por el lado del fanatismo argentino, será momento de continuar con la lupa puesta en Jack Doohan, el segundo piloto de Alpine y quien por ahora le gana la pulseada a Franco Colapinto, que sigue en la reserva. El australiano estuvo lejos de una buena jornada en su tierra natal -se despistó solo antes de completarse la primera vuelta- y China llega para él como la oportunidad de recuperarse, no solo desde lo deportivo sino también en relación al runrún verbal que gira alrededor suyo: tras el GP en Melbourne, desde Alpine salieron a apoyar al piloto y, sin embargo, las declaraciones no fueron tan afortunadas y dejaron entrever la presión que la propia escudería pone sobre el joven de 22 años.

Al vértigo sobre el asfalto, quizás este fin de semana se le sume un condimento extra-deportivo, más parecido a esa pimienta verbal y no verbal que deja entreverse en la serie Drive to survive, con la que Netflix logró sumar nuevos aficionados a la Máxima. Y es que Zak Brown, jefe de equipo de McLaren, dejó entrever en una entrevista con The Telegraph que Max Verstappen dejaría Red Bull a fin de año. “Y si tuviera que apostar, diría que irá a Mercedes”, agregó el mandamás del último campeón de constructores. Y si bien las declaraciones se publicaron el último sábado, es probable que en el vértigo del fin de semana hayan quedado subsumidas en el tiempo de competencia. Pero habrá que ver, ya con la cabeza fría de la semana, qué tan mal cayeron en el propio «Mad» Max o en su par de Red Bull, Christian Horner… Aunque el jefe de RB, sin embargo, pareció más preocupado esta semana por respaldar al piloto de Racing Bulls, Isack Hadjar, luego de otra polémica de Helmut Marko -un asesor del equipo Red Bull-, quien dijo que el llanto del joven rookie tras despistarse en la vuelta de formación de partida había sido «un poco vergonzoso». «Olvidamos que estos chicos son solo niños», pareció responderle Horner, respaldando al piloto francés a quien el domingo abrazó con ternura Anthony Hamilton, el padre del heptacampeón mundial.

Las palabras arden y mueven pasiones, también en la Fórmula 1. Algunas, quizás, despierten fuegos sagrados que enciendan aún más la incipiente temporada. O quizás, obliguen a sus declarantes a arrepentirse de abrir la boca. Ya lo veremos, cuando empiecen a tronar los motores en China.

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