Mientras el ministro de Economía y su equipo se dedicaban estos días a blindar las negociaciones del Fondo Monetario con la aprobación del DNU, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, fue el encargado de llevar calma a los bancos en una de las semanas más tensas para la gestión económica desde la última corrida cambiaria en junio del año pasado.
Entre el viernes pasado y este martes, el dólar MEP saltó un 5% a casi $ 1.300 y la brecha llegó al 21%, el nivel más alto desde octubre. Luego, llegó el DNU y las cotizaciones paralelas retrocedieron (debajo de $1.290), y los bonos y las acciones se recuperaron. Pero en el camino el Central acumuló cinco ruedas de ventas y perdió más de US$ 1.000 millones. Hoy, de nuevo.
En ese marco, hubo charlas informales y casi todos los banqueros recibieron el mismo mensaje: «Los fundamentals son robustos y la volatilidad del dólar no es motivo de preocupación, está dentro de lo previsto«. Una versión refinada del «Todo Marcha Acorde al Plan» que usan funcionarios libertarios y le atribuyen al asesor presidencial Santiago Caputo, bajo las siglas TMAP.
En esos intercambios se terminó de delinear una suerte de esquema preventivo para aplacar el dólar. El Banco Nación envió una señal la semana pasada al subir la tasa de los plazos fijos al 27% nominal anual, una decisión que generó un efecto cascada. «Llevaron tranquilidad y nosotros empezamos a tocar tarde un poco las tasas, es un favor a Economía», dijo un banquero.
Así, las entidades privadas pasaron a pagar por un depósito a 30 días hasta un 30% nominal anual, lo que equivale a un 2,5% mensual, igual o por encima de la inflación esperada en marzo. La movida apunta a que los ahorristas no se vayan al dólar y que los bancos no pierdan depósitos. Y si la situación no mejora, el sector no descarta un nuevo retoque de tasas.
El objetivo es despejar las «señales rojas» que vio el mercado en estos días. Esto incluye factores globales (varios fondos de riesgo redujeron su exposición tras registrar pérdidas) y locales (la expectativa de una salida temprana del cepo, las idas y vueltas con el Fondo y los rumores de diferencias entre el Presidente y Caputo respecto a una posible flotación con bandas cambiarias.
En la apertura de sesiones del Congreso, Javier Milei anticipó a principios de marzo que iba hacia un esquema cambiario «más libre y eficiente» con posibles momentos de «tensión». Y Caputo explicó que podía llegar a haber «volatilidad» tras la firma del acuerdo con el FMI. Pero el envío del DNU aceleró los tiempos y gatilló la demanda de cobertura con dólar futuro.
Luego de dispararse hasta 5% su cotización, los contratos cortos de futuros retrocedieron hasta 1,6% este jueves en medio de rumores de una fuerte intervención del Banco Central. Así todo, las posiciones de diciembre se operan a $ 1.360, un valor bastante cercano al dólar de $ 1.400 estimado por el Bank of America en enero y que provocó el enojo de Caputo.
El clima de incertidumbre se trasladó el lunes a una cena privada de funcionarios con empresarios en el Alvear Hotel Palace, de Recoleta, en el marco del foro de negocios IEFA Latam Forum. Estuvieron Alejandro Bulgheroni (PAE), José Luiz Manzano (Integra Capital y Edenor), Horacio Marín (YPF), Jason Arceneaux (ARC Energy), Mauricio Filiberti (Transclor) y Jorge Salcedo (IMPSA).
Los CEOs sondearon al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y al secretario de Finanzas, Pablo Quirno, para saber si el acuerdo con el FMI va a permitir efectivamente levantar el cepo. Las multinacionales están ansiosas por girar dividendos atrapados, para lo cual se necesita que el BCRA tenga dólares. «El plan es hacerlo antes de fin de año», respondieron los funcionarios.
Los empresarios esperan que un mecanismo de salida que evite un efecto «Puerta 12», como le ocurrió a Mauricio Macri. También tienen dudas sobre las elecciones y si Argentina va a volver a los mercados voluntarios de deuda. Así todo, no faltan los optimistas. «This time is for real» (esta vez es real), dijo el martes Manzano en el foro, repitiendo en inglés el lema del equipo económico.