Franco Colapinto es piloto tester del equipo Alpine, pero donde pone un pie, deja huella. Y esta vez, el automovilismo quedó en un segundo plano frente a una escena que desató carcajadas. «El pelot… de Fossareli (sic) tiró todo el mate en el auto, no lo puedo creer», lanzó Colapinto entre risas, incrédulo ante el blooper que protagonizó junto al periodista argentino Juan Fossaroli en pleno viaje hacia el circuito chino. La situación fue tan graciosa que el piloto incluso trastocó el apellido de su compañero, con quien comparte innumerables coberturas en el mundo del automovilismo.
El episodio tuvo como escenario un lujoso vehículo proporcionado por la organización, con Johnny, un chofer chino, al volante. En el intento de evangelizar al conductor con la tradición más sagrada de Argentina, Colapinto y Fossaroli preparaban un mate para que lo probara. Sin embargo, la inexperiencia del periodista con la infusión derivó en un accidente inesperado: un derrame de yerba y agua caliente que dejó todo el interior del auto convertido en un desastre. «Franco estaba haciendo todo bien y yo lo quise ayudar. Y tiré todo a la m…», reconoció Fossaroli, sin vueltas.
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Mientras el desorden se hacía evidente, Johnny recurrió a la tecnología para averiguar qué era esa bebida que le ofrecían. Entre tanto, Colapinto se esforzaba en limpiar el desastre mientras no podía contener la risa. El percance fue menor comparado con los incidentes que suelen ocurrir en pista, pero el piloto de Alpine pidió disculpas en inglés entre carcajadas. Con la yerba ya más o menos controlada y sin perder el objetivo principal, ambos insistieron en la misión de cualquier argentino en el exterior: lograr que un extranjero pruebe el mate y, con suerte, se enamore de él.
Finalmente, el momento tan esperado llegó. Entre risas y explicaciones, Colapinto le preguntó a Johnny si se animaba a dar el primer sorbo. «No agarres la bombilla», le advirtió Franco, mientras Johnny, algo desconfiado, preguntó: «¿Con la boca?». La respuesta fue inmediata y en coro: «Sí, con la boca, sorbé». Con cierta timidez, Johnny aceptó el desafío. El momento quedó registrado en video: el chofer tomó el mate con precaución, amagó con limpiar la bombilla con su pañuelo, pero finalmente desistió. «En Argentina eso sería un sacrilegio», bromeó Fossaroli, mientras su compañero celebraba el éxito de la misión.
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