Corrían los primeros minutos del mediodía y el Hipódromo de San Isidro abría sus puertas a la segunda jornada del festival Lollapalooza, que ayer cerró su primera jornada dejando la vara bastante alta con las magnéticas presentaciones de Alanis Morissette y Justin Timberlake.
Con el dia más nublado que ayer apaciguando el calor, la música empezó a teñir de color el día y los asistentes comenzaron a recorrer el predio desde temprano -algunos por primera vez, otros ya pudieron ver algunas pistas el día anterior- para ver las distintas propuestas que empezaron a activarse, ubicar los diferentes escenarios y organizar el schedule para ver a sus artistas favoritos.
Con algunas miradas que empezaron a amontonarse y directo desde la provincia de Córdoba, quien abrió el Flow Stage fue Juan López, artista que viene de participar en Por cesárea, segundo disco de Dillom, y que comienza a hacerse lugar en la escena nacional del indie urbano. Encendió el escenario con actitud sencilla pero de marcada presencia, guitarras y predominancia de rock alternativo, invitando a subir a su colega Ill Quentin y presentando su último álbum, Culiado. En otra esquina del predio apareció en el Alternative Stage la artista porteña Juana Aguirre con su particular fusión entre el folk y el indie.
Muchos aprovechan para probar las diversas propuestas gastronómicas que ofrece el festival, como los distintos foodtrucks y la nueva incorporación de Lolla Dine, un espacio exclusivo para mayores de 18 años con ubicación y vista privilegiadas.
Cerca de las 15 también comenzaron a llenarse Las Casitas, donde predomina la música electrónica fusionando una amplia variedad de géneros, desde house y techno hasta influencias de hip hop, jazz-funk y folktrónica.
Como todos los años, los más pequeños tienen dedicado un lugar especial en el festival. Kidzapalooza presenta diversas actividades tales como talleres de instrumentos, de artes y de cerámica, así como también shows en vivo, que hoy tienen su cierre con la presentación de Panam y Circo.
Cayeron algunas gotas pero nada detuvo la performance de Luz Gaggi, que irrumpió en el escenario Flow con “Altar”, su particular versión ya conocida de “Billie Jean” de Michael Jackson, y “Valentino”, su último lanzamiento, desplegando todo su poderoso talento vocal y su presencia escénica, a puro soul, pop y hip hop. Tampoco se detuvo Balthvs, banda colombiana que invade con sus ritmos experimentales el Alternative Stage.
En el escenario Samsung, Dum Chica desplegó toda su rebeldía post punk y plantó bandera proyectando en una pantalla los colores de la comunidad LGBT e imágenes de un diabólico Javier Milei ensangrentado. En la otra punta, la cantante Elena Rose, conocida por su hit “Me lo merezco”, hizo homenaje a su raíces venezolanas colgando los colores de ese país en el Perry’s.
Elijah Hewson tiene el mismo corte de pelo que su famoso padre tenía en los 70. Está al frente de Inhaler, la banda oriunda de Dublín como la de papá Bono, U2. Está al frente del quinteto Inhaler y lo primero que dice cuando sale a escena es “Hola, ¿qué onda?”, en un correcto castellano. Rock británico con preponderancia de guitarras, buenas melodías, estribillos que llegan en el momento justo y un frontman que tiene todo para convertirse en ídolo por derecho propio.
Antes del set de Inhaler, programados en uno de los escenarios principales, en el Alternative Stage se lució Artemas.
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