El Banco Central salió a la pesca de dólares con una batería de medidas orientada a sumar reservas con endeudamiento externo, ante la negativa de comprar dólares vía mercado cambiario. Será a través de un préstamo para captar divisas de inversores extranjeros, una licitación de un bono que apunta a darles a las empresas una opción de dolarización y un préstamo con bancos internacionales que se negoció en un Wall Street saturado de riesgo argentino. Además, dejó una advertencia a quienes manejan Fondos Comunes de Inversión (FCI).
La autoridad monetaria usó el tiempo extendido que le dio el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que junte las divisas necesarias hasta la meta de acumulación de reservas que deberá rendir en el marco del programa. Sin el ruido de un incumplimiento, el Central anunció que tomará un repo por hasta USD 2.000 millones el próximo 11 junio, del que aún no se conocen mayores detalles, como la tasa o qué dará como garantía el BCRA.
Según pudo saber PERFIL, las conversaciones estuvieron trabadas por el poco atractivo que reviste participar de una operación que mantiene un alto estrés financiero y la intención del equipo económico de conseguir una tasa más baja que la del anterior crédito (de 8,8%) con un riesgo país en niveles similares, de 680 puntos básicos.
Malas señales en Wall Street embarraron la negociación del repo
“El mercado se siente pesado de riesgo argentino y eso se refleja normalmente en el precio del repo, porque a los bancos les cuesta mas descargar el riesgo”, indicó a este medio un importante trader de Nueva York. Por otro lado, la naturaleza de la estrategia de financiamiento que utiliza el Gobierno causa dudas. “No es buena señal aumentar reservas con deuda para mantener un peso sobrevaluado”, señaló otra fuente de la Gran Manzana.
El FMI le da tiempo a Javier Milei para que consiga los dólares en un mercado sin ruido
Para la operación, el Central volvió a consultar a quienes acompañaron a la administración libertaria en la primera vuelta: Citi Bank, JP Morgan, BBVA, ICBC y Santander. Semanas atrás circulaba que las entidades financieras involucradas eran siete. Con el correr de los últimos días y las dificultades de la negociación, ese listado se acortó a tres: JP Morgan, Goldman Sachs y Santander, según apuntaron fuentes del sector.
Demoras en el Bopreal
Una de las posibilidades es que, como seguro de cambio, la entidad que conduce Santiago Bausili ofrezca una vez más el Bopreal. Esta vez la serie 4 que, según detalló este lunes, se licitará el próximo 18 de junio. El instrumento permitirá a las empresas resolver el stock de deuda comercial y dividendos anteriores al 12 de diciembre del 2023, con un cupo de hasta USD 3.000 millones. Su lanzamiento se demoró y aún le falta un decreto de Casa Rosada que habilite su emisión. Tal como contó PERFIL, las multinacionales tienen cuestionamientos y evaluarán el ingreso al bono.
Las multinacionales dudan sobre girar dividendos a través del Bopreal y exploran alternativas
El Gobierno sale a emitir deuda cara
La tercera fuente de dólares que buscará el Gobierno será la colocación de deuda a través de suscriptores internacionales. La Secretaría de Finanzas incluirá en el cronograma de licitaciones la modalidad de suscripción directa en dólares. “Esta opción estará disponible a partir de junio de 2025 para colocaciones con plazos superiores a un año, con un límite mensual de USD 1.000 millones”, aclaró el BCRA en un comunicado.
Luego de la emisión del Bonte 2030, con el que el Tesoro se hizo de USD 1.000 millones e hizo un “market reading” para testear el humor de los mercados, el Palacio de Hacienda continuará emitiendo títulos de suscripción en moneda estadounidense. Horas después del anuncio, la duda en la City porteña será si los futuros bonos también tendrán altas tasas de interés para lograr captar las divisas.
.El Gobierno festejó el Bonte y analiza su reedición, pero el mercado duda de los riesgos implícitos en la tasa
Presión a gestores de FCI
A partir de julio de 2025, el Gobierno iniciará una nueva etapa en su esquema monetario poniendo fin a las LEFI, que sirvieron como puente para desarmar los pasivos remunerados del BCRA. Desde entonces, el Central dejará de emitir estas letras y el stock existente será canjeado por LECAPs, bonos de corto plazo en pesos que cotizan en el mercado. La estrategia oficial busca trasladar definitivamente al Tesoro la responsabilidad de absorber liquidez, mientras el BCRA se concentrará en intervenir en el mercado secundario sólo cuando sea necesario para sostener su buen funcionamiento.
Por último, el Central avisó que está avanzando en una reforma para igualar progresivamente los encajes para todas las cuentas remuneradas, sin importar quién sea el titular. El foco está en los depósitos canalizados a través de Fondos Comunes de Inversión (FCI), que hasta hace poco estaban exentos y hoy siguen enfrentando requisitos más bajos que otras cuentas corporativas. Según fuentes financieras, el BCRA ya advirtió a los administradores de FCI que el nivel de encajes seguirá subiendo, como parte de una estrategia para corregir distorsiones que encarecen y vuelven más volátil el fondeo bancario.
AM/ML