Los gemelos australianos Danny y Michael Philippou tienen un sentido del terror retorcido. Previsores, cuando estrenó Háblame (2022), sobre un grupo de amigos que descubría cómo conjurar espíritus utilizando una mano embalsamada, pedimos que les dieran más presupuesto y esperáramos todo lo que podían dar. Háblame tenía inclusive una cuota de humor y sadismo cuando menos te lo imaginabas. Pero Haz que regrese ya no tiene humor.
No hay de qué reírse cuando el espectador descubre el plan macabro que uno de los personajes estuvo pergeñando.
Hay algo de imperativo en los títulos de ambas realizaciones, como ordenándole a alguien que realice una acción determinada.
Ya ni bien arranca, se ven unas imágenes de una cinta de VHS en mal estado en lo que, más que adivinar, se ven escenas de tortura. Pero quizá no lo sean.
El horror corporal, de «La sustancia» a esta parte
Para saberlo, vamos a tener que desandar un buen tramo de la proyección, y descubrir por qué estaban allí, en el comienzo, a qué refieren. Y, sobre todo, quién las estaba (o está) mirando.
De La sustancia a esta parte, el bien llamado horror corporal está ganando adeptos, de un lado y del otro de la cámara. Pero Haz que regrese no es un drama disfrazado de película de terror. No. La película es de un horror pocas veces visto, que hará cerrar los ojos a más de uno y hará salir de la sala a unos cuantos.
Luego de esas imágenes desconcertantes, vemos a Andy (Billy Barratt) y a su hermana menor Piper (Sora Wong). El padre acaba de morir de una manera algo espantosa, pero comparado con lo que vendrá, se diría que hasta tuvo una muerte en paz.
Huérfanos en peligro
Huérfanos y menores de edad (Andy en tres meses cumple 18 y podrá pedir la tutela de Piper), ante el riesgo cierto de que ambos terminen separados en hogares de acogida distintos, Andy insiste en no separarse de Piper.
Es que Piper tiene baja visión (Sora Wong, quien la interpreta, nunca había trabajado en cine, y solo ve formas). Y van a parar a la casa convenientemente apartada de Laura (Sally Hawkins), una terapeuta que por momentos parece, ¿cómo decirlo? algo pintoresca. Rara. Excéntrica.
En la casa descubren que está Oliver (Jonah Wren Phillips), un chico que no habla y parece estar ajeno a lo que lo rodea. Si por algún motivo Laura se ausenta, ordena que Oliver no salga de su cuarto.
Perturbadora, confusa
Ultimo dato: los recién llegados se enterarán de que la hija de Laura, Cathy, murió ahogada en esa piscina que ahora está vacía.
Si el espectador se toma un respiro de la narración, que se recorre con lentitud en un comienzo, hasta que las cosas comienzan a ser más y más perturbadoras y confusas, y recuerda cuál es el título de la película, bueno, tal vez empiece a atar cabos.
Sally Hawkins, que desde la ganadora del Oscar La forma del agua, de Guillermo del Toro, no ha tenido una interpretación más convincente, aunque roce los límites de la credibilidad, tiene un trabajo difícil al componer a Laura. Nos tiene que caer ben, porque recibió a los chicos. Después puede no caernos tan simpática.
Terriblemente perturbadora, con algo de gore, Haz que regrese aprovecha y mucho transcurrir casi en su totalidad en una misma locación, la casa alejada. No es que haya muchos secretos escondidos por allí -bueno, uno, si-, pero los hermanos Philippou le extraen todo el jugo y la sangre que pueden.
Haz que regrese es una película de terror, pero como no hay muchas. Por eso no va a agradar a todos los amantes del cine de terror, un género que necesita películas como ésta y como La hora de la desaparición hasta con sus excesos, para renovarse y no hacer que nos hartemos de asustarnos sólo con muertes desagradables y personajes todos similares, de un solo perfil y aburridos.
«Haz que regrese»
Buena
Terror. Australia, 2025. Título original: “Bring Her Back”. 104’, SAM 16. De: Danny y Michael Philippou. Con: Sally Hawkins, Billy Barratt, Jonah Wren Philips, Sora Wong. Salas: Cinemark Palermo, Hoyts Abasto y Unicenter, Cinépolis Recoleta, Pilar y Avellaneda, Showcase Belgrano y Norcenter.