El peronismo, a pesar de su crisis interna, obtuvo casi el 47% de los votos, siendo la fuerza más votada en la provincia, mientras que La Libertad Avanza quedó en segundo lugar con el 33%. El rechazo al gobierno de Milei se reflejó en un voto castigo, principalmente capitalizado por Fuerza Patria en las urnas, y destacándose también el Frente de Izquierda que obtuvo 2 bancas.
Con estos resultados, el peronismo mantuvo esencialmente sus votos, sin embargo el PRO y LLA perdieron aproximadamente 40% de los votos que obtuvieron en 2023, explicando así la enorme ventaja sobre el oficialismo, que fue el dato más importante de la jornada.
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En un escenario montado fuera del búnker, Fuerza Patria convocó a festejar los resultados, habló el gobernador bonaerense, Axel Kicillof. Dedico sus primeras palabras a celebrar lo que consideró una “victoria aplastante en toda la provincia de Buenos Aires”, agradeció a Sergio Massa y a Cristina Kirchner, denunciando “injustamente condenada que tendría que estar en este escenario.” Respecto los resultados, afirmó “Con una boleta vinimos a poner freno a Milei” y analizó lo que representa como mensaje al presidente, “las urnas dejaron en claro que no se le puede pegar jubilados. Que no se puede abandonar a las personas con discapacidad.”
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Antes de que el gobernador hiciera el discurso central, se reprodujo un audio breve enviado por Cristina Kirchner, desde su domicilio en San José 1111, para acompañar los festejos en el búnker, afirmó “decidieron ponerle un límite a un gobierno que parece gobernar para pocos” y “Felicitaciones a todos los candidatos y a Axel, Sergio, Juan, Máximo. Llena de orgullo y de una inmensa responsabilidad.” Un rato antes, se la veía saliendo al balcón para saludar y festejar junto a las personas que se convocaron frente a su domicilio.
Previamente, al momento de conocerse los resultados oficiales, la primera en salir a hacer declaraciones a la prensa fue Cecilia Moreau, diputada nacional, quien tomó la palabra para agradecer a Máximo Kirchner, Sergio Massa, Axel Kicillof, y especialmente a Cristina Fernández de Kirchner, y concluyó: “hemos construido con la unidad un triunfo contundente en la Provincia de Buenos Aires.”
El resultado electoral reflejó con claridad el rechazo popular al actual gobierno nacional, que atraviesa una crisis sin precedentes. En las urnas, el peronismo logró una victoria significativa, obteniendo casi el 47% de los votos, lo que lo posicionó como la fuerza política más votada. Por su parte, La Libertad Avanza sufrió una fuerte derrota, quedando en segundo lugar con el 33% de los votos. El Frente de Izquierda, liderado por Nicolás del Caño, logró conquistar dos nuevas bancas en la Tercera Sección Electoral con un 4,37%, quedando en la cuarta posición entre un total de 17 listas.
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Este resultado demuestra el masivo rechazo de los trabajadores bonaerenses hacia un gobierno que ha sido percibido como hambreador y discriminador. A pesar de la crisis interna que atraviesa el peronismo, producto de sus fracasos e internas, este se consolidó como el canal de expresión de un fuerte descontento con la gestión de Javier Milei, funcionando como un voto castigo y un mal menor para muchos electores.
No hay dudas de que el descontento popular, que venía creciendo a raíz de un año y medio de ajustes y medidas impopulares, se exacerbó aún más por el ataque sistemático al colectivo de personas con discapacidad y jubilados, y especialmente por el escándalo conocido como KarinaGate. Este episodio destapó la corrupción de un gobierno que había llegado al poder con un discurso radical contra la «casta» de los partidos tradicionales, solo para demostrar después que, en realidad, formaba parte de esa misma estructura.
A pesar de la creciente bronca social, la burocracia sindical optó por mantener una tregua cómplice con La Libertad Avanza (LLA), ignorando los reclamos desde las bases por reincorporación de despedidos, aumentos salariales y jubilaciones, y una mayor inversión en salud y educación pública. La multitud de personas que se oponen al rumbo de Milei nunca fue convocada a movilizarse: no hubo llamados a salir a las calles, a organizarse en los lugares de trabajo, estudio ni en los barrios, lo que resultó en una pasividad que no hizo más que fortalecer el descontento general.
Así, el único canal para que esta bronca se expresara fue el voto en las urnas, y gran parte de ese malestar se canalizó hacia Fuerza Patria, logrando un castigo fuerte al gobierno libertario y un mensaje contra el ajuste y la corrupción que expresan. Aunque el peronismo viene de una crisis histórica derivada del ajuste y la desastrosa situación económica del último gobierno de Alberto, Cristina Kirchner y Sergio Massa, logró capitalizar los votos de un sector importante que rechaza el rumbo del actual gobierno. De hecho, las elecciones bonaerenses, desdobladas por primera vez de las nacionales, reflejaron en gran medida las internas dentro del peronismo, entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner.
El clima de festejo en el búnker de Fuerza Patria ocultó momentáneamente las tensiones internas que atraviesan tanto al peronismo en la provincia como a nivel nacional. Sin embargo, esas disputas están lejos de resolverse. Aunque el resultado electoral fue favorable para Kicillof, quien sale por ahora con ventaja dentro de la interna producto de estos resultados, las diferencias con Máximo Kirchner continúan marcando la agenda interna. Estas luchas de poder, además de generar cansancio en las bases más fieles, solo parecen expresar intereses políticos sin abordar lo urgente: dar respuesta a la crisis económica, el ajuste, los despidos y la caída del salario. Algo que el peronismo, hasta ahora, no ha logrado explicar cómo revertiría, ya que para eso, de entrada, habría que cuestionar el acuerdo con el FMI.
Aunque el mensaje electoral es contundente, el freno a la “motosierra” de Milei debe comenzar ahora, con esa bronca organizada desde abajo, fortaleciendo cada lucha y reivindicación, no esperando los tiempos electorales y expectativas de recambio por arriba como propone el peronismo con fórmulas que ya fracasaron.