En nuestro país existen solamente dos museos de la mujer: uno privado, manejado por un grupo de mujeres e inaugurado en 2011, y el Espacio Cultural Museo de las Mujeres. Este último está ubicado en pleno centro cordobés y se erige como un centro inclusivo que busca visibilizar a artistas emergentes.
Un espacio vedado a las mujeres
La historia de este edificio, construido por el arquitecto Francisco Tamburini, se reescribió cuando un grupo de mujeres logró transformarlo en un faro cultural y social.
En 1887, en pleno corazón de la capital cordobesa, una construcción majestuosa se levantaba a pedido del político Marcos Juárez, con una impronta que, para la época, podría parecer vanguardista. Sin embargo, su carácter progresista tenía un límite: las mujeres.
Conocido como ‘El Panal’, el edificio albergaba un club de debate político exclusivo para hombres. “Le habían puesto El Panal porque hacían un trago que era a base de miel, clara de huevo, soda y alguna bebida alcohólica. Ahí se cenaba, se escuchaba música y sobre todo se discutía de política”, empieza contando Valeria Trecco, su directora, a Perfil Córdoba.
Hoy, casi 100 años después, ese mismo edificio, que pasó por diversos usos (entre otras cosas fue sede del Ministerio de Finanzas) y largos períodos de abandono, es el Espacio Cultural Museo de las Mujeres, un lugar donde las artistas encuentran la visibilidad que otrora les fue negada.
Seis nuevas salas
Directora. “La historia dice que todos los miércoles llegaba un tren con políticos de Buenos Aires, y que de aquí salían los nombres de varios de los que integraban las listas de diputados, senadores e incluso se impulsaron gobernadores”.
“En 2019 empezamos a notar que el espacio nos quedaba chico y empezamos a proyectar una ampliación, pero vino la pandemia y tuvimos que abandonar la idea. Cuando volvimos a la presencialidad la retomamos y comenzamos a trabajar. Además de sumar nuevas salas decidimos techar el patio para también aprovechar ese espacio y entonces hicimos un cerramiento anti palomas, con una red para que no pasen; también hubo que levantar pisos, tirar cables, ha sido un arduo trabajo”, detalla Trecco.
El proyecto de ampliación, ejecutado por el arquitecto Juan Pablo Martinazzo (de Somarsa Grupo de Construcción), no solo suma 1.090,55 metros cuadrados, sino que también moderniza un auditorio ya existente y transforma el patio en un espacio expositivo multifuncional.
(A) de Amarillo en La Cumbre
Así, con las seis nuevas salas que se suman a las siete ya existentes, el Museo de las Mujeres ahora puede albergar una mayor cantidad de muestras, dándole la oportunidad de exponer a más artistas.
En este sentido, Trecco resalta la importancia de la misión del espacio provincial: dar visibilidad a las artistas emergentes, muchas de las cuales han sido invisibilizadas históricamente. “En 2010, en los museos el 90% de las exposiciones que se presentaban eran de varones. Entonces nos preguntábamos si no había mujeres artistas. Hablando con la decana de la facultad, ella nos decía que era contradictorio, porque egresaban más mujeres que varones. Pero estaban invisibilizadas. Las mujeres pintaban para decoración y los hombres pintaban para exponer”, detalla.
El museo, que no cobra entrada, busca ser un espacio accesible y equitativo. Además de las exposiciones, alberga talleres, ciclos de cine, teatro y música, convirtiéndose en un espacio de encuentro y debate cultural. “En el marco de la museología social, los museos tienen que ser las nuevas plazas”, afirma la directora del espacio.
Corte de cintas
Con la inauguración prevista para la última semana de septiembre, las nuevas salas abrirán sus puertas con la exposición de artistas como Belén Canesini, Martina Servio, Mora Grynblat, Violeta Lemme y Belén Riego.
Además en la inauguración se mostrarían las nuevas piezas que el Gobierno de la Provincia de Córdoba adquirió en la última edición de ArteBA: “Aún no está confirmado si vamos a llegar a exhibirlas porque todavía están en manos de los vendedores y no las han enviado. Entonces estamos viendo si llegamos. Las obras deben recorrer un camino, ingresan por el Museo Caraffa, ahí se asientan, se fotografían, se especifican y después se pueden trasladar. Así que estamos dependiendo que ingresen al MEC, pero ojalá lleguemos a tiempo”.
Las obras adquiridas por la Provincia son “No te preocupes por las nubes”, de la artista Clara Johnston; “Perpetua 1”, de la artista Samantha Ferro; “Coraza bandera”, de Luciano Giménez, y “Tulipanes”, de la artista Nicola Costantino.