En una entrevista para El Destape, quizas en comunicación telefónica desde una lujosa mansión, el presidente de la citrícola San Miguel aseguró “los sueldos le están ganando a la inflación y los trabajadores están sufriendo menos que los empresarios, sobre todo los exportadores”. Según el empresario, “si se bajan los sueldos, eso a su vez tiene un efecto colateral que es que bajan los precios. Lo mismo al revés, cuando bajan los precios baja el índice de sueldos”. Como si la causa de la inflación fueran los aumentos de salarios, que a decir verdad vienen muy por detrás de la inflación.
Gonzalo Tanoira es parte de la familia Bemberg, accionista mayoritaria de la citrícola San Miguel, líder mundial en el mercado del limón, con plantas en Tucumán, Sudáfrica y Uruguay. También es director de Grupo Peñaflor, posicionada como una de las 10 vitivinícolas de mayor producción a nivel mundial, es titular de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa, y en su perfil de Linkedin se define como «criador de caballos de polo y empresario agropecuario». Tan mal no le va.
En 2017, 2 directivos de la citrícola San Miguel y 2 empresarios de subcontratistas fueron procesados por trata de personas con fines de explotación laboral en la finca “Las Marías”, arrendada por la firma. En la actualidad, emplea de manera directa e indirecta a miles de trabajadores temporarios en la cosecha y los empaques que no llegan a cubrir el salario mínimo vital y móvil.
Defensor entusiasta del gobierno de Milei, Tanoira afirmó que “estamos yendo por el camino correcto”, y aunque aseguró que «el ajuste lo está pagando todo el mundo», espera que el gobierno “pueda seguir desregulando, que haga la vida más simple para la gente, eventualmente bajar más impuestos». En la entrevista también defendió la perspectiva de una dolarización aunque aclaró que en estos momentos no están en condiciones de pagar los sueldos en dólares.
Las provocadoras declaraciones de este empresario, que cosecha un amplio repudio en los comentarios de los lectores, son una muestra más del carácter irreconciliable de los intereses de la clase capitalista y la clase trabajadora.