El conflicto en el hospital Garrahan amenaza al Gobierno en convertirse en un ejemplo para el resto de los sectores de trabajadores que vienen también sufriendo el congelamiento salarial y la precarización.
La mecha que encendieron los médicos residentes derivó en un paro con movilización de todo el resto del hospital este jueves. Esos profesionales que se encuentran realizando prácticas de formación vienen enfrentando los ataques desde el Ministerio de Salud y las autoridades del hospital, que durante los últimos días descargaron un variado número de amenazas y hostigamientos para que las y los residentes no pudieran manifestarse junto a sus compañeros del hospital uniendo sus reclamos.
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Ese hostigamiento profundizado durante las últimas jornadas, se suma a la catarata de datos falsos y fake news provenientes desde el Gobierno desde que comenzó el conflicto. Parte de esa campaña fue la viceministra Cecilia Loccisano, quien se paseó por los medios amigos del Gobierno intentando desmerecer la más que justa pelea de los residentes, tratando a los trabajadores del hospital de «ñoquis».
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La semana pasada se la vio, escuchó y leyó a través de sus posteos, diciendo que en el Garrahan había dos empleados administrativos por cada médico, lo cual no era más que una burda mentira frente a los datos oficiales que mostraban que la proporción era incluso la inversa: de 4728 empleados de planta, el 68 % pertenece al área de Asistencia (médicos, profesionales no médicos, técnicos, ayudantes y auxiliares); el 20 % al área Logística (profesionales, técnico, administrativos, auxiliares, operarios y ayudantes); mientras que el 12 % restante corresponde al sector de Conducción. Esos números no incluyen siquiera a los médicos residentes.
Cecilia Loccisano, quien buscaba tildar a las y los trabajadores del Garrahan de ñoquis ante la opinión pública, es la ex esposa de Jorge Triaca, quien fuera ministro de Trabajo de Macri. Hijo del sindicalista que llevaba su mismo nombre -colaboracionista de la Triple A, la dictadura genocida y menemista-, enfrentó un escándalo en medio de sus funciones cuando la empleada doméstica del matrimonio lo denunció a él y a su hermano por trabajo en negro y maltrato.
En enero de 2018 se difundió un audio dondeel funcionario macrista la despedía por WhatsApp en medio de insultos, tras conocerse la denuncia de su situación laboral. Cecilia y Jorge, llamaban a Sandra Heredia «Sandrín», pero detrás de ese cariñoso diminutivo se escondía una relación laboral de semi esclavitud, con trabajo «cama adentro» en la quinta de Triaca y Loccisano, y sin derechos laborales básicos. Pero no solo eso, Sandra denunció también que Triaca la había nombrado como parte de la intervención del sindicato marítimo SOMU, ingreso mediante el cual «le hacía cobrarse» a Sandra su trabajo en el inmueble de descanso del matrimonio en Boulogne.
En medio de semejante bochorno que sacudió a la administración macrista durante semanas por tratarse nada menos de quien se supone debe garantizar los derechos laborales desde esa cartera, saltó a la luz que el por entonces marido de Loccisano metía gente en el Estado «a troche y moche».
Por eso, cuando se habla de «ñoquis» en el Estado, Loccisano sabe muy bien de que se trata; pero cuando se habla de precarización y explotación, también.